LAS PERIPECIAS DE UN NEGOCIO SON COMO SECUENCIAS DE UNA PELÍCULA: UN GUIÓN MEDIOCRE, UN RODAJE DEFICIENTE O UN MONTAJE EQUÍVOCO SON VÍAS HACIA EL FRACASO
Emprender un negocio es un reto emocionante
Para desarrollar una actividad profesional es preciso alcanzar diferentes objetivos a lo largo de todas sus etapas y coyunturas: concepción, fundación, puesta en marcha, crecimiento, consolidación, expansión, crisis, cambios organizativos…
Al iniciar un negocio se decide un campo de actividad —que suele estar relacionado con querencias, vocaciones y habilidades propias—, se detectan unas necesidades en el mercado, se esbozan algunas ideas para satisfacerlas y se delimita un espacio aproximado de actuación. Con ello, el emprendedor decide a qué quiere dedicarse.
Luego se seleccionan algunos recursos materiales necesarios si se quiere llevar la empresa adelante, se decide un forma de organizacion, se definen los perfiles humanos imprescindibles para afrontar el desafío y se plantean posibles estrategias con el fin de contactar con el mercado, entender con detalle sus requerimientos y exigencias, informar a los potenciales consumidores de nuestra presencia como proveedores y presentar nuestras ofertas y condiciones. Además, se definen procedimientos idóneos para el desarrollo de tareas y actividades, se crean criterios organizativos y de funcionamiento y se precisan algunas normas de comportamiento.
El objetivo es conseguir que un número relevante de agentes económicos requieran nuestros productos o servicios, los conceptúen como cualitativamente notables, satisfagan con ellos sus necesidades y nos elijan como suministradores regulares u ocasionales de soluciones, situándonos entre sus socios y colaboradores preferidos.
No hay, por otra parte, gran diferencia entre los proyectos de emprendedores y los negocios ya consolidados, ya que la aventura de todo proyecto profesional o empresarial pasará siempre por entender el mercado, crear productos y servicios para sus necesidades, persuadir a quienes las tienen de que nuestras alternativas son las que mejor se ajustarán a sus objetivos y exigencias y evolucionar mediante la adaptación y la innovación.
Las actividades empresariales están llenas de documentos escritos
Son muchas las decisiones y pasos intermedios que jalonan la aventura de conducir una empresa y todos ellos han de tener necesario reflejo en diferentes documentos escritos.
Si en la vida empresarial es raro encontrar alguna línea o criterio de actuación relevante que no se inicie mediante un contenido escrito, aún resulta más difícil que su desarrollo no transcurra y acabe decantándose en algún formato textual, tenga soporte impreso o digital.
Los contenidos en el mundo de la empresa son siempre puntos de inflexión, pequeños artefactos que buscan unos efectos que se consideran necesarios para el éxito en alguna faceta del negocio. Si esos contenidos no son adecuados, se revelan insuficientes o no están disponibles a tiempo, esos resultados no se producirán o se generarán con distorsiones.
Algunas insuficiencias o defectos en los contenidos funcionales tienen consecuencias negativas poco relevantes en los resultados del negocio. Cualquier material es mejorable y la propia dinámica profesional aporta en ocasiones el ajuste o complemento que pueda faltar en los materiales elaborados: sobre la marcha se resuelven pequeñas ambigüedades, se rellenan lagunas o se matiza lo que se revela demasiado categórico, se explicita oralmente lo que no consta de modo literal en el texto o se unifican criterios cuando se presentan discordancias procedimentales.
Pero en ocasiones las deficiencias de los contenidos pueden provocar impactos negativos de mayor calado y conducir algunos proyectos por caminos erráticos, malbaratar la percepción de ciertos clientes sobre la empresa o sobre su oferta, crear disfunciones en la labor de áreas y departamentos, perjudicar la imagen de determinados profesionales y aportar a la organización ciertas dosis de ineficacia e ineficiencia.
- Guías comerciales que no tienen en cuenta el punto de vista del cliente sino sólo el del vendedor.
- Notas y materiales deslavazados que ocasionan reuniones poco efectivas.
- Normas procedimentales confusas o ambiguas que generan errores de funcionamiento.
- Encargos a colaboradores carentes de precisión que no encauzan bien los trabajos, carecen de referencias para su contraste y desembocan al final en fallos de suministro.
- Diapositivas de presentaciones recargadas o incluso ilegibles que malogran la transmisión de mensajes.
- Memorias de proyectos desordenadas y con lagunas que presagian rumbos equivocados.
- Libros de instrucciones con información insuficiente o poco comprensible que perjudican la utilidad y el aprovechamiento de productos, servicios, recursos y herramientas y la propia imagen de marca.
- Propuestas y mensajes promocionales que se revelan desviados y sin gancho comercial.
- Material publicitario que resulta ineficaz por no derivar de estrategias comunicativas claras o basarse en ideas y planteamientos manidos.
- Descripciones de productos y servicios que desaprovechan puntos fuertes o deslizan implícitamente debilidades.
- Vídeos corporativos planos y sin garra que no interesan a nadie y no potencian la imagen de la empresa.
- Memorias corporativas que no transmiten una imagen fuerte y moderna de la empresa.
- Documentos informativos con fallos léxicos, sintácticos y ortográficos y con acabados deficientes que provocan una imagen de escasa solvencia comunicativa…
DIRECTRICES – PAUTAS DE ACTUACIÓN – PLANES ESTRATÉGICOS – DOCUMENTOS DE PLANIFICACIÓN COMERCIAL – MANUALES DE PROCEDIMIENTO – MEMORIAS TÉCNICAS – ENCARGOS A COLABORADORES – GUÍAS COMERCIALES – MATERIAL PUBLICITARIO – DESCRIPCIONES DE PRODUCTOS – CATÁLOGOS – LIBROS DE INSTRUCCIONES – PROPUESTAS COMERCIALES – GUIONES PARA VÍDEOS PROMOCIONALES – MEMORIAS E INFORMES CORPORATIVOS – DIAPOSITIVAS PARA PRESENTACIONES – GUIONES Y MATERIALES PARA REUNIONES – REPERTORIOS DE IDEAS Y ALTERNATIVAS – INFORMES SOBRE AYUDAS Y SUBVENCIONES…
Esta mirada peculiar al mundo de la empresa se centra en aquellos documentos y productos de contenido textual que reflejan decisiones tomadas en diferentes áreas del negocio, determinan principios, criterios y reglas de actuación o son necesarios para la conducción de proyectos y la consecución de ciertos objetivos.
No solo necesitan crear contenidos quienes los van a utilizar: también deben elaborarlos quienes actúan como proveedores especializados de otras empresas o profesionales y han de reflejar muchos de sus servicios en documentos escritos (despachos jurídicos, consultoras de organización, recursos humanos o tecnología, analistas fiscales y financieros, agencias publicitarias…).
Puedo ayudarte:
- Elaborando documentos y otros materiales con criterios específicos destinados a garantizar su utilidad y siguiendo las instrucciones que me comuniques.
- Revisando los documentos funcionales con los que cuentas en este momento para eliminar errores, mejorar su presentación y su utilidad, actualizarlos a novedades y requerimientos sobrevenidos y adecuarlos en mayor medida a sus funciones.
- Asesorándote con el fin de que proyectes, elabores o revises los materiales que necesites.
- Colaborando contigo para asegurar que los contenidos elaborados sean comprendidos por sus usuarios o destinatarios…
- Orientándote para que tomes ciertas decisiones dentro de tu organización (creiterios de documentación, normativa interna, cumplimiento normativo, comunicación interna, obtención de ayudas y subvenciones…).
Las necesidades de recursos humanos y las cuestiones regulatorias, de contratación y de gestión de conflictos se incluyen en dos secciones aparte:
DIRECCIÓN Y DESARROLLO, DE PERSONAS Y ÁREAS
CONTRATACIÓN, NORMATIVA Y GESTIÓN DE CONFLICTOS