EN LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA ES PRECISO REGULAR LAS RELACIONES Y GESTIONAR LOS CONFLICTOS SIN CONFUNDIR PREMEDITACIÓN Y FLEXIBILIDAD CON RIGIDEZ E IMPROVISACIÓN
Todos hacemos política y todos creamos derecho
A menudo se habla de la política como un campo de actuación restringido a quienes tienen competencia y autoridad para dirigir el rumbo de los países y comunidades territoriales y, por extensión, también a las personas que asumen cargos y funciones de dirección y gestión en entes, instituciones y organismos públicos.
Asimismo, identificamos el mundo jurídico con el tejido regulatorio y la presión sancionadora establecidos por quienes tienen potestad para impulsar, aprobar, interpretar y ejecutar las normas a las que deben someterse los particulares y los demás agentes económicos.
Pero en nuestro mundo más cercano también hacemos política y nos valemos del derecho de manera intensiva.
Mediante normativas y contratos buscamos establecer las reglas del juego al objeto de evitar conflictos, y recurrimos al ejercicio de derechos y a la mediación tratando de resolver los que a pesar de todo se producen. Así, en la vida privada y en la profesional, nos sometemos a determinadas reglamentaciones acordadas por nosotros mismos con el propósito de regular relaciones personales y profesionales, encauzar comportamientos y precisar las condiciones de muchas de las decisiones que a menudo debemos tomar.
Hay normas de base, creadas ex profeso por las partes, destinadas a regular relaciones profesionales, corporativas, asociativas o negociales en el ámbito privado que se suelen formalizar mediante documentos muy diversos: contratos, estatutos, reglamentos, códigos de conducta, condicionados de garantía, manuales de procedimiento, políticas de cumplimiento normativo…
Estas normas afectan a proveedores y clientes, a editores y autores, a inversores y emisores, a promotores de productos e instrumentos, a propietarios, arrendadores e inquilinos en el sector inmobiliario, a profesores y alumnos en colegios y universidades, a directivos y empleados de empresas, a colaboradores y usuarios de medios y canales…, e igualmente a socios, miembros y afiliados de entidades y asociaciones y a profesionales decididos a desarrollar colaboraciones mutuas.
Por otra parte, se establecen normas dirigidas a regular ciertos aspectos y decisiones en el marco de relaciones personales: acuerdos sobre régimen económico matrimonial, testamentos, legados y donaciones, préstamos familiares, compromisos vecinales, acuerdos para la participación en apuestas y sorteos…
De modo similar, las actuaciones relacionadas con la gestión de relaciones personales e institucionales, la prevención y gestión de problemas y la habilitación de soluciones también suelen conllevar el manejo de documentos de diversa índole: guiones y planteamientos para acciones de mediación y de negociación, inventarios de problemas y soluciones, planteamientos alternativos y de contingencia, valoración de escenarios posibles, informes de avances y de resultados…
Y debemos disponer de ciertos documentos con el fin de ejercer derechos y de aprovechar oportunidades: solicitudes de alta o baja contractual, requerimientos para el cobro de deudas, comunicaciones previas a fases ejecutivas, pliegos de descargos o justificaciones, propuestas en licitaciones.
Todo ello conforma un amplio conjunto de contenidos escritos, con distintos formatos y soportes, que deben reflejar criterios, acuerdos, reglas, estipulaciones, pautas, restricciones… o elaborarse con objeto de canalizar ideas, plantear estrategias, desplegar tácticas, ayudar a prevenir y resolver conflictos y ejecutar acciones en ámbitos muy diversos, siempre con una calidad técnica y expositiva que no deje excesivo margen a la interpretación, encauce debidamente las posibles actuaciones y prevenga en la mayor medida posible conflictos y malentendidos.
Un ámbito que requiere rigor, equilibrio y precisión técnica
En la elaboración y mantenimiento de documentos regulatorios o de gestión de relaciones hay tres aspectos que resultan de importancia capital: la exposición (que ha de ser precisa, clara, concisa y equilibrada), las menciones y referencias a derechos y obligaciones, posibilidades y exigencias, límites y requisitos, argumentos y pretensiones… (que han de ser concretas y suficientes) y el ajuste a las normas (que ha de resultar riguroso, cuando sean de obligado cumplimiento o aplicación). No respetar estos tres requerimientos puede llevar a disponer de materiales ineficaces o susceptibles de provocar situaciones conflictivas.
- Contratos y otros acuerdos que presentan lagunas en aspectos cruciales de las regulaciones previstas o desaprovechan posibilidades legales (en derechos, garantías, protección, limitaciones…).
- Contratos y otros acuerdos que contienen textos con vaguedades o ambigüedades no deseadas, consideraciones inadecuadas teniendo en cuenta las figuras jurídicas manejadas) o desequilibrios para las partes no justificados.
- Condicionados de garantía o aseguramiento insuficientemente blindados o que dan ocasión a la interpretación en una medida inadecuada e incluso peligrosa.
- Estatutos de comunidades de propietarios o de pequeñas sociedades que incluyen cláusulas contrarias a las leyes, o que tan solo replican indicaciones legales sin aportar nada más (o, si reflejan puntos específicos, los exponen de manera confusa para sus destinatarios).
- Políticas y normativas internas (éticas o procedimentales) con estructuras desordenadas o articulados confusos e incoherentes.
- Recomendaciones o reglamentaciones escritas en tonos inadecuados (fríos, escuetos, faltos de amabilidad para sus destinatarios…) o con exposiciones de extensión excesiva o insuficiente.
- Materiales preparatorios de acciones de mediación o negociación que no barajan factores y aspectos relevantes que conciernen a los asuntos o no contienen previsiones y alternativas.
- Escritos de solicitud, reclamación o justificación en los que no se manejan todos los elementos que han de permitir fundar su objeto o no se exponen los requerimientos de modo eficaz…
CONTRATOS – CONDICIONADOS – ESTATUTOS – REGLAMENTOS GENERALES – CÓDIGOS DE CONDUCTA – NORMAS DEONTOLÓGICAS – PAUTAS DE COMPORTAMIENTO – PROCEDIMIENTOS DE OBLIGADO CUMPLIMIENTO – CONDICIONADOS DE GARANTÍA – POLÍTICAS DE PROTECCIÓN – REGLAS DE PROTOCOLO – REGLAMENTOS DE ACTUACIÓN – REGLAS DE RÉGIMEN INTERNO – MANUALES DE PROCEDIMIENTO – POLÍTICAS DE CUMPLIMIENTO NORMATIVO – PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN EN CASO DE EMERGENCIA – PROHIBICIONES – AVISOS Y ADVERTENCIAS – DECÁLOGOS – RECOMENDACIONES – SOLICITUDES DE ALTA O BAJA CONTRACTUAL – REQUERIMIENTOS PARA EL COBRO DE DEUDAS – PLIEGOS DE DESCARGOS – PROPUESTAS EN LICITACIONES – ACUERDOS SOBRE RÉGIMEN ECONÓMICO MATRIMONIAL – TESTAMENTOS – LEGADOS Y DONACIONES – PRÉSTAMOS FAMILIARES – COMPROMISOS VECINALES – ACUERDOS PARA LA PARTICIPACIÓN EN APUESTAS Y SORTEOS – INFORMACIÓN ORIENTATIVA SOBRE PRODUCTOS DE INVERSIÓN – INFORMACIÓN ORIENTATIVA SOBRE SEGUROS – INFORMACIÓN ORIENTATIVA SOBRE INSTRUMENTOS DE PREVISIÓN – INFORMES DE SITUACIÓN FISCAL…
Los contenidos normativos o los vinculados a la seguridad, la previsión o la resolución de conflictos requieren de una especial precisión, ya que deben ajustarse a prescripciones legales o a normas de índole interna en diferentes ámbitos de actuación
En función de la complejidad de los documentos, pueden elaborarse de diferentes modos. Si son muy complejos, lo habitual es que se confíen a despachos jurídicos o consultores técnicos especializados en cada materia, o que se elaboren en las asesorías jurídicas internas de cada organización. Si por el contrario tienen una complejidad media, pueden crearse y actualizarse en el propio ámbito privado o en los departamentos internos de las empresas, si cuentan con profesionales técnicos versados en cada tipo de actuación.
No obstante, en algunos de estos casos puede convenir contar con apoyo externo con el fin de asegurar que los documentos normativos o de seguridad, previsión y resolución de conflictos sean comprensibles, resulten comunicativamente eficaces y no incurran en lagunas, errores, imprecisiones u otros defectos textuales. El objetivo es, en definitiva, hacer compatible el fin técnico con la calidad expositiva.
Por último, todos necesitamos tomar decisiones con nuestros ingresos, nuestro patrimonio y nuestras actividades profesionales para tratar de conseguir objetivos de ahorro, rentabilidad, previsión, optimización fiscal y seguridad. Recurrir a asesores expertos es una buena medida cuando nuestros fines son ambiciosos y requerimos de gestores que tomen decisiones en nuestro favor o nos recomienden alternativas de inversión, previsión y aseguramiento. Pero a veces puede bastarnos con una solución más neutral: tener una idea fiable sobre nuestra situación económica, detectar las necesidades y oportunidades que tenemos y conocer de un modo aceptable los productos e instumentos a nuestro alcance —ventajas, invonvenientes, riesgos, requerimientos…— para tomar por nosotros mismos la mejor decisión. Para ello pueden resultar muy útiles los informes sobre la propia situación económica y sobre las altertnativas existentes en el mercado y sus riesgos, un modo sencillo de contar con una orientación imparcial, desprovisto de cualquier tipo de sesgo.
Puedo ayudarte:
- Elaborando propuestas y versiones de contratos, acuerdos, estatutos y documentos de solicitud o requerimiento a partir de los parámetros comunicados o como alternativa a versiones en curso.
- Analizando y revisando documentos normativos ya elaborados y elaborando informes de rigor y valoraciones de impacto y riesgo.
- Analizando y revisando borradores de documentos normativos y contractuales para detectar aspectos mejorables (técnicos y expositivos) y aportar sugerencias de mejora.
- Revisando contratos ya elaborados o en borrador para mejorar su blindaje.
- Cotejando ciertos acuerdos, pactos y contratos (ya utilizados, finalizados o en fase de elaboración) con leyes, reglamentos y otras normas al objeto de evitar desajustes y lagunas de regulación.
- Planteando documentos iniciales con cierta amplitud que tengan en cuenta todos los aspectos técnicos que deben barajarse como modo de facilitar la selección posterior de los necesarios (en caso de necesidades normativas, contractuales, de prevención, en transacciones…).
- Aportando fundamentos jurídicos y argumentaciones que refuercen peticiones y las hagan más sólidas y penetrantes.
- Elaborando materiales destinados a servir de apoyo en reuniones de mediación y negociación a partir de los condicionantes que se hayan planteado.
- Acompañándote en reuniones en las que deban negociarse o resolverse conflictos, si necesitas algún refuerzo técnico.
- Orientándote de manera completamente neutral para que tomes tus propias decisiones sobre inversión y desinversión, contratación de productos financieros y suscripción de seguros con total conciencia de sus ventajas y beneficios y de sus riesgos y exigencias…
Las demás necesidades de las empresas e instituciones se incluyen en dos secciones aparte:
RETOS CORPORATIVOS, COMERCIALES Y DE NEGOCIO
DIRECCIÓN Y DESARROLLO DE PERSONAS Y ÁREAS